martes, 15 de diciembre de 2009

Año de nieves...año de bienes

Este año la temporada de esquí ha empezado con buen pie gracias a las últimas nevadas. Por desgracia el físico no ha acompañado como en los viejos tiempos, pero todavía hay margen para llegar en forma a las Navidades y poderle levantar las pegatas a más de uno.



Lo que más me ha sorprendido de Baqueira-Beret este año es su lista de novedades. La principal es la eliminación de la silla de Horath deth Bo en Orri. Me parece vergonzoso que la principal novedad sea la eliminación de un remonte, aunque la excusa sea que se está preparando la estación para la futura silla desembragable para 6 personas con aire acondicionado, elevalunas eléctrico y mando a distancia que se llamará Luis Arias.



Durante este puente he podido comprobar en primera persona lo que la eliminación de esta silla ha supuesto. Ahora mismo para volver a Baqueira desde Beret solo te quedan dos opciones:
  • Coger la vergonzosa silla de La Choza que, aunque la han acortado, lo cierto es que es una autentica mierda. Una silla de dos del año pun, y donde se han formado en el puente unas colas interminables. Y vale que ahora no tarda 17 minutos como antes, pero no porque vaya más rápido, sino porque es más corta. Mortal.

  • Seguir esquiando hasta Baqueira 1500 y volver a coger el huevo o el telesilla. Muy bien. ¿Y qué pasa si como este año no se puede bajar esquiando hasta abajo?. Lo dicho, el colapso absoluto.
Personalmente creo que la estación se podía haber esperado a eliminar esta silla porque a pesar de lo cutre y lenta era necesaria. Me da miedo pensar lo que va a ser la vuelta a Baqueira desde Beret estas navidades como no nieve un poco más y con la cantidad de gente que se acumula algunos días. Aprovechando mi vena reivindicativa también se podría mejorar la silla triple de Vista Beret que dura nada más y nada menos que 14 minutos (perfecto para morir congelado en los días fríos) y también es fundamental para un correcto flujo de gente de un valle al otro. Ya no digo hacerla desembragable, pero al menos aumentar la velocidad.

En cualquier caso también me alegro mucho de que por fin se haya aprobado la instalación del nuevo Telesilla Luis Arias, que te subirá desde Orri hasta las antenas del mirador en un periquete. A ver si es verdad y este verano se ponen las pilas, porque los 47€/día de forfait duelen cada vez más.

Por último, entiendo que Baqueira-Beret no es una empresa pública como lo puedan ser las estaciones de Aramon y por tanto su capacidad de inversión este limitada debido a que la empresa pertenece a capitalistas privados (Catalana occidente y la Familia Serra) . Aramón por el contrario es un holding semipúblico donde el Instituto Aragonés de Fomento y el Gobierno de Aragón controlan las acciones y por tanto no dependen tanto de los resultados netos para las nuevas inversiones. Además en Aragón han hecho una puesta muy fuerte por el negocio del esquí, y poco a poco van ganando terreno a las estaciones catalanas.

Ahora, a seguir trabajando los cuádriceps para conseguir que las rodillas aguanten otro año que promete.

K

PD: Merece mención el chuleton de Eth Restille. El año pasado salimos preocupados pero este año ha recuperado su calidad. Es-pec-ta-cu-lar.


sábado, 12 de diciembre de 2009

Al otro lado del telón de acero

Otra vez por trabajo me ha tocado hacer más kilómetros que un peregrino. Esta vez ha sido una ruta rápida alrededor de lo que antiguamente se conocía como el Telón de Acero.



Ver Telon de Acero en un mapa más grande

El lunes a primera hora ya estaba en camino hacia la capital de la República Checa. Por suerte tuve la tarde libre para pasear por las bonitas calles de Praga que ya había visitado en buena compañía durante la pasada semana santa. En cualquier caso, ahora en invierno la ciudad tenía un color diferente, más oscuro, lo cual en mi opinión la hace un poco más autentica. Quizás sea porque la cantidad de turistas era sustancialmente menor, y pasear por las calles semivacías desde lo alto del castillo con la catedral hasta la torre de la pólvora fue un verdadero placer. Caminar solo por las calles semivacías me recordó al video musical de los buenísimos INXS "Never Tear Us Apart" grabado en esta ciudad.



La ciudad es pequeña, y a mi ritmo constante de caminar me pude recorrer todo el centro histórico sin problemas. En cualquier caso creo que un fin de semana en Praga es el tiempo suficiente para poder disfrutar de la ciudad. Para cenar me di el placer de visitar de nuevo el mismo restaurante Il Fleku donde cene en semana santa, y esta vez no me equivoque y pedí su plato estrella: el codillo. Después, con la panza bien llena, cogí el metro de vuelta al hotel que estaba en las afueras pero bien comunicado. Es impresionante lo profundo que va el metro por esta ciudad y lo amplias que son sus andenes. Casi igual que en Madrid y Barcelona donde en hora punta están tan abarrotados que cualquiera se podría caer a la vía.



A las 6 de la mañana del día siguiente me vinieron a recoger los compañeros de la oficina local y me llevaron en coche a Pardubice. Tras un aburrido día de trabajo conseguí que me dejaran dar un paseo por el centro de la ciudad. Lo cierto es que la ciudad es bastante pequeña y no tiene mayor encanto que la Puerta Verde y algunas callecitas y plazas a su alrededor.



A la mañana siguiente en coche fuimos a Brno, donde tuve un par de reuniones larguísimas que me impidieron ni siquiera dar un paseo por la ciudad. Por tanto se podría decir que no la conozco, y en consecuencia no me atrevería a recomendarla. Es la segunda ciudad de la República Checa a pesar de tener solo unos 400mil habitantes.
Tras otro madrugón infernal condujimos hasta Bratislava, la capital de Eslovaquia. “Lamentablemente” la reunión que teníamos aquí montada tuvo que cancelarse lo cual me permitió al menos visitar el grandioso Castillo sobre el caudaloso rio Danubio. No pude visitar su interior aunque tampoco resultaba muy atractivo ya que principalmente alberga el Museo Nacional. Lo mejor fue poder contemplar las bonitas vistas de la ciudad desde su posición. Desde está posición la ciudad vieja tenía buena pinta, pero los compromisos laborales solo me permitieron atravesar esta parte de la ciudad en coche por lo que me quede con las ganas de pasear por sus calles.



Tras una comida en la autopista antes de atravesar la frontera con Hungría (para aprovechar que en Eslovaquia aceptan euros, no como en la República Checa o en Hungría) llegamos al atardecer a Budapest. Hacía tiempo que tenía ganas de visitar esta ciudad, y visto lo visto tengo intención de volver al menos un fin de semana y en mejor compañía. Tuve la oportunidad de subir a la ciudadela en la colina sobre el Danubio desde donde las vistas eran increíbles. Se podía contemplar en todo su esplendor el Castillo Real de Buda, los puentes colgantes sobre el río, y la parte moderna de la ciudad al otro lado del río. Tras un bonito paseo recorriendo la orilla del río fuimos a cenar a un restaurante tradicional Húngaro donde, por supuesto, pude comer un delicioso plato de Gulash. La verdad es que el estofado de carne al estilo húngaro es muy rico, aunque tal vez algo picante, pero en general en el país toda la comida lo es.



Por la mañana, un poco más descansado tuvimos unas reuniones en la estación central de ferrocarriles junto al hotel. La gente en el país es bastante amable, y ya quedan pocos resquicios de su pasado comunista. Está claro que el país lleva unos años de retraso y que actualmente el nivel de inversión es más bien bajo, pero por lo que me comentaron la crisis actual también les está haciendo mucho daño, al igual que en Eslovaquia y la República Checa. Pero a toda la gente se le ponían los ojos como platos cuando les decía que en España la tasa de paro está llegando al 20%. Para ellos su actual 8-12% es ya una barbaridad. De hecho mi compañero checo me enseño un artículo del Economist donde dicen que son más competitivos que España. Personalmente, y visto sus medios, infraestructura y calidad de vida no creo que sea cierto, pero cuando el rio suena…

Tras un ayuno a la fuerza en el aeropuerto de Budapest porque las 3 tarjetas de crédito no me funcionaban cogí mi siguiente vuelo rumbo a Milán. En el aeropuerto me esperaba mi compañero Italiano para darme unos papeles y muestras, y aproveche para merendar una rica pizza. De aquí a Madrid a pasar un largo fin de semana de churros, porras, comidas, copas y sobrinitos.


Suma y sigue.

K