.jpg)
Una de las cosas que más me ha sorprendido de Copenhague ha sido su sistema de calefacción. Mi mente ingenieril aburrida se entretiene con cualquier cosa. El caso es que tras ver como las calles de la ciudad están agujereadas como un queso gruyere por la instalación de nuevas tuberías aisladas para la renovación del sistema de calefacción de distrito (District Heating). Al más puro estilo Gallardón en Madrid. Me quede alucinado al ver que las casas se calientan con el agua a alta temperatura que proviene de centrales situadas a varias decenas de kilómetros.
A ojo de buen cubero me pareció un sistema bastante ineficiente, pero tras informarme un poco acerca de su funcionamiento me he llevado una grata sorpresa.
Por lo visto, en Dinamarca más del 60% de la producción de calor y agua caliente se basa en este sistema de calefacción por distrito (¡el 95% de los hogares en Copenhague!). Su fuente energética se basa en un 80% en instalaciones de cogeneración, mientras que el 20% restante proviene del aprovechamiento del calor recuperado en las incineradoras de residuos urbanos, es decir de la basura. Por cierto, también me sorprendió ver que en Dinamarca NO se separa la basura en los hogares. Para eso hay gente que se le paga y se evita el cobre de impuestos por la duplicación del trabajo y una mayor eficiencia en la clasificación.
Según la web ASK -access to sustainable knowledge- la calefacción de distrito se basa en una central cercana a los consumidores que produce calor. Mediante un sistema de tubos aislados el calor se distribuye a los edificios de un barrio o de una ciudad que forman parte de la red. El calor distribuido no sólo se puede utilizar para calefacción, sino también para producir agua caliente y para climatizar y enfriar en verano. ¿Ventajas?, La producción del calor es más eficiente ya que se desperdicia menos y, por lo tanto, la contaminación también es menor. Los consumidores ahorran dinero en la energía y las instalaciones que deberían destinar a sus propios sistemas de calefacción.
En cuanto a los inconvenientes, la puesta en marcha de la central productora de calor y la red de tuberías requiere una gran inversión inicial, si bien se amortiza a largo plazo. Por sus características, no es un sistema idóneo para zonas con baja densidad demográfica o para comunidades con muchos pequeños edificios
Cambiando de tercio. También me gustaría hablar de la gran invitación que recibí durante mi estancia en Copenhague: el Segway. Menudo invento. Tuve la oportunidad de visitar la ciudad montado en un carrito motorizado y disfrazado con un casco ridículo de aviador de la segunda guerra mundial. Muy divertido y muy fácil de usar. Al principio pensaba que con semejante trasto y con esas pintas seguro que nos apedreaban los niños por la calle, pero la verdad es que la gente se queda alucinada cuando pasas flotando a 20km/h como si fueses un espíritu en penitencia. A partir de ahora prometo mirar con otros ojos a los miles de turistas que veo por Barcelona montados en el cacharro este. Espero poder repetirlo porque me resulto divertido, aunque la parada intermedia que hicimos para mojar el gaznate con una pinta de cerveza me recordó que si bebes, mejor no conduzcas.
Poco más. Prometo volver para visitar el resto del país, pero espero que cuando vuelva el tiempo sea un poco más benévolo. Rasca mama.
K
PD: muchas gracias por todo Sr. Agregado Cultural de goma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario