Lunes 26 de Abril de 2010
5:30 Suena el despertador.
6:30 El taxi que encargue la noche anterior ya está esperando en la calle. Hora de marchar.
07:15 Desayuno en el aeropuerto
8:15 Vuelo Barcelona Stuttgart
10:30 Taxi desde el aeropuerto de Stuttgart al pueblecito de Gussendstadt donde tengo que hacerme cargo de un aburrido training. El taxi me lleva a 230km/h por los tramos sin límite de velocidad de la Autobahn. Miedo.
12:00 Empiezo el training
13:30 Picoteo de delicias alemanas a base de Kartoffeln mit Bratwurst. Lo de siempre.
16:30 Fin del training. El taxi me espera en la puerta para llevarme de vuelta al aeropuerto de Stuttgart esta vez a una velocidad más razonable de 190km/h. Menos miedo.
18:00 Vuelo Stuttgart-Frankfurt
19:15 Escala en Frankfurt de 1h 45'. Musicote en el iPod.
21:00 Vuelo Frankfurt-Barcelona
23:15 Taxi a casa
24:00 En casa sano y salvo.
Me parece increíble lo mal que nos lo hemos montado el ser humano. No deja de sorprender que cualquiera puede ir a trabajar dos horas a cualquier parte del mundo o simplemente a comprar la leche y el pan.
Para mí, es simplemente un día más en el mundo:
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