domingo, 25 de octubre de 2009

Pekin, ¿pa qué? (II)

Lo prometido es deuda. He aquí mis recomendaciones para una visita provechosa a Pekín:

Transporte

Lo primero que te encuentras al aterrizar es un modernísimo aeropuerto de dimensiones excepcionales.



Desde hace muy poco tiempo es posible desplazarse al centro de la ciudad con el Aerobús por unos míseros 16RMB (1,5€). El taxi también es muy recomendable porque normalmente se viene bastante cargado y por unos 100-150RMB(10-15€) te llevan donde quieras. En cualquier caso conviene asegurarse de que encienden el taxímetro diciendo “¡Dabiao!“, y bajo ningún concepto establecer el precio por adelantado. Esto sirve para cualquier taxi que se coja por la ciudad. Si se necesita la factura tras la carrera basta con decirle al taxista “¡Fapiao!” y enseguida te la dan. La pegatina que tienen todos los taxis en la ventanilla trasera indicando “1,0”, “1,6” o “2,0” simplemente te indican la calidad del taxi y lo que te van a cobrar por kilometro. Con los juegos olímpicos toda la flota se renovó y ahora son todos tipo “2,0”, es decir de los “caros” (=0,20€ por kilometro!!).

Normalmente me suelo mover en taxi porque por 20-40RMB te llevan a cualquier lugar de la ciudad. Es extremadamente barato. ¿El problema? el tráfico. Pekín está 16 horas al día colapsado y muchas veces merece la pena coger el Metro que está perfectamente indicado y es baratísimo.

Si se quiere ir a la Gran Muralla, a las 13 Tumbas de los emperadores, o a cualquier atracción fuera de la ciudad yo recomiendo ir con los servicios del hotel porque son baratos y funcionan bien, aunque siempre te cuelan alguna visita inesperada a una tienda de artesanía o de medicina tradicional China.

Moneda

La moneda en China es el Yuan o Renmimbi (RMB). Es fácil cambiar moneda en cualquier hotel o en el aeropuerto. Es importante conservar el comprobante del cambio porque si al final te sobran unos durillos no los podrás cambiar en España teniéndolo que hacer antes de coger el avión de vuelta. Para ello os pedirán el comprobante.

Para el tema de los precios yo siempre hago la relación 1€ = 10RMB, es fácil de recordar y ela aproximación es bastante correcta.

Alojamiento

¡No viajéis a China en plan grapa! Los hoteles no son caros, y en general están muy bien. Yo casi siempre me alojo en el hotel Landmark, en el barrio alemán (cerca del Lufthansa Center). Me cuesta unos 60-65€ la noche por habitación doble con un muy buen desayuno incluido. Tiene internet por 4€ al día si es necesario, pero en la recepción te puedes conectar gratis. Aqui las vistas desde mi habitación:



Es de mis zonas favoritas de Pekín porque está razonablemente cerca del aeropuerto, tengo la oficina a dos pasos y hay buenos restaurantes, mercados y bares muy cerca.

En cualquier caso en general la calidad y el servicio de los hoteles son excelentes y es poco probable que el hotel os arruine la estancia.

Comida y bebida

Si vais a restaurantes Chinos la comida es baratísima. Por 5-10€ por persona puedes comer a todo trapo. Eso sí, no garantizo que os vaya a gustar porque hay infinidad de sabores y de cocinas diferentes. Aunque soy de la opinión de que donde fueras haz lo que vieras (“in Rome do as the Romans”). Si la comida oriental no es lo tuyo, no te preocupes, hay miles de restaurantes occidentales de todos los tipos (a precio occidental), pero es una pena que al menos no lo intentes.

A mí personalmente me encantan los Dumplings o empanadillas Chinas. Las hay de mil tipos y sabores, para mojar con salsa de soja, de mostaza o de cualquier otro mejunje extraño. También es imprescindible probar el pato a la pekinesa (Beijin’s duck). Hay muchos restaurantes, pero os recomiendo ir a uno bueno porque se nota bastante la calidad. Por ejemplo estos últimos días en China en un buen restaurante que me llevo un amiguete comimos 6 personas por 180€ (30€/pax) que no es barato, pero pedimos 2 patos y unos 9 o 10 platos más. Me gusto mucho este sitio, y creo que es recomendable sobre todo en verano en la terraza (Xiheyaju Restaurant).



Si estais hartos de la comida China y un día se quiera nivelar el pH alrededor de la ciudad hay multitud de restaurantes de todo tipo, desde tapas españolas en el nuevo centro comercial de Sanlitun, hasta codillo alemán en el Schilers muy cerquita del German center. Por supuesto también están los clásicos que hay en todas las ciudades del mundo (Hard Rock, Friday’s,…).

En cualquier caso insisto y os recomiendo ser valientes y probarlo todo, porque siempre te encuentras con agradables sorpresas…y con repugnantes sabores por desgracia. Así que recuerde yo he comido: tiburón, medusa, ranas enteras, lengua de pato, insectos,…y alguno de estos platos me ha gustado mucho. Medusas en su salsa:



En cuanto a la bebida, si no tenéis que ir por negocios podréis evitar tener que beber continuamente pelotazos de Moutai, un licor que a mí me repugna. Es una especie de orujo con sabor a calcetín sudado. Los Chinos se vuelven locos con esta bebida, y lo más gracioso es que no es precisamente barato a pesar de que yo no pagaría ni un duro por ella (unos 50€ en un supermercado). Comiendo normalmente se bebe té caliente, pero hay cerveza (Tsingtao es la más famosa) o Coca-Cola en cualquier lado.

....continuara

lunes, 19 de octubre de 2009

Pekín, ¿pa qué? (I)

No me puedo considerar ni mucho menos un experto en China a pesar de las muchas veces que he visitado el país, principalmente porque casi siempre paso mis días en la capital Pekín (o Beijing en ingles). Lo que si tengo claro es que esta ciudad me la conozco bastante bien.

En general los Chinos no me caen muy simpáticos, aunque tal vez sea porque la mayoría de los que trato son gente de negocios, los cuales son falsos, mentirosos y extremadamente interesados, por no hablar de sus vicios (alcohólicos bebedores de Moutai, fumadores, puteros, jugadores empedernidos,...). Por supuesto no todos son así pero la mayoría de la gente que he tenido la suerte -o la desgracia- de conocer si que lo eran. No puedo dejar de recordar el "arreglo" que me ofrecieron hace un par de años por unos “miserables” 100.000€ para olvidar un problema de calidad que tuvo mi empresa con un suministro defectuoso.

Algún día espero poder visitar el país por mi cuenta y en buena compañía. Durante los 7 años que llevo viniendo a China he visitado muchas ciudades: Hong Kong, Wuhan, Chongqing, Tianjin, Xi’an, Zhengzhou, Pekín,....pero conocer, lo que se dice conocer, solo conozco bien Pekín.



Desde la primera vez que vine a Pekín, la ciudad ha dado un cambio radical en el más puro significado de la palabra. Cuando llegue aquí con solo 25 años todavía se respiraba una atmosfera comunista, con una ciudad que se presentaba imponente pero con el clásico corte soviético. Edificios funcionales y grises rodeaban las inmensas avenidas. Multitud de gente se movía de un lado a otro en bicicleta, carro, o simplemente caminando. Había multitud de puestos callejeros de comida, los mercados estaban situados en laberínticas calles y los Hutongs tradicionales (callejones) mostraban lo que uno espera de China antes de emprender un viaje hasta aquí. Sigo recordando las aventuras que pasaba para moverme por la ciudad o para ir cada mañana a Tianjin jugándome la vida con conductores chiflados en carreteras de medio pelo.

Tras 7 años, una multitud de visitas al país y unos orgullosos y derrochadores juegos olímpicos la ciudad es absolutamente diferente.



Circulando (o atascándose) en uno de los infinitos y baratísimos taxis uno se puede sentir como en Frankfurt. Los rascacielos de cristal están en todas partes, cochazos europeos o americanos atascan las carreteras, restaurantes occidentales, puticlubs de superlujo, centros comerciales que se ríen a carcajadas del Xanadu, discotecas imponentes en las azoteas de los mejores hoteles, ...

La verdad es que la ciudad ha perdido un poco su encanto, y aunque quedan unos pocos Hutongs y bastantes restaurantes auténticos, no es que se espera encontrar cuando uno viene a China.



Aquí el capitalismo es salvaje, es un todos contra todos y el que venga detrás que apechugue. En cualquier caso una visita de unos 3 o 4 días a la ciudad puede ser una gran experiencia, y sabiendo donde ir y que visitar uno se lo puede pasar muy bien. En mi próximo post tengo pensado hacer una pequeña "guía" de Pekín dando más detalles bajo mi punto de vista personal de la ciudad.



Estos última ocasión he estado participando en una aburridísima conferencia pero he podido disfrutar de bastante tiempo libre (por desgracia no en la mejor compañía, pero esto ya es otra historia....).

Me ha dado tiempo a darme una vuelta por algún mercado (aunque no compro ya casi nada porque me agota física y mentalmente), tomar unas cervezas en los bares alrededor del lago Hou Hai o en los Pubs de Sanlitun, pasear por Tiananmen y saludar a Mao convertido en panceta, disfrutar de la gastronomía local en algún nuevo descubrimiento, cantar humillado con mi compañera de la oficina en China "Ups I did it again" en un Karaoke-puticlub de megalujo (entre 200 y 400€ la botella, y seguro que otros euros tantos las lumis), salir a correr alrededor del German District y la zona de embajadas, tomar una Mahou en el bar de la mujer de un empleado de la embajada, comprobar que Amancio Ortega pega fuerte en China,...



Como siempre un montón de anécdotas, pero esto es lo bueno de viajar, aunque sea por trabajo.

Supongo que en breve estaré de nuevo de vuelta con más cosas que contar. Espero que esta vez vaya en mejor compañía y me dé tiempo a descubrir nuevos pueblos y conocer nuevas gentes.

Zàijiàn

K

jueves, 1 de octubre de 2009

Vacaciones en Septiembre

Siempre he pensado que el mejor mes del año para coger vacaciones de verano es el mes de Septiembre. Incluso mejor que el de Junio, que a pesar de tener los días más largos, después la espera hasta las siguientes vacaciones se hace bastante cansina. En septiembre no hace un calor que asfixiante aunque se puede ir a la playa perfectamente, y lo mejor sin duda es que ningún sitio está abarrotado de gente que es lo que peor llevo cuando me toca ir a estos mismos sitios en Agosto.

La suerte de vivir en Barcelona es que en Septiembre siempre tengo un par de puentes (la Diada y la Merce) de lo más apetecibles. Uno de los dos procuro utilizarlo para darme un homenaje por las playas del sur de España.



Este año hemos vuelto a Málaga y Cádiz para disfrutar de 4 estupendos días. Incluso he podido liquidar una cuenta pendiente y hemos pasado a visitar el Peñón de Gibraltar (español?).



Tras esperar unos 45 minutos para atravesar la ridícula frontera y cruzar la pista de aterrizaje pude subir conduciendo a la Roca no sin antes pagar unos religiosos 20€ (o 18£). Una vez arriba pude visitar las cuevas de San Miguel que son bastante espectaculares, y pasear por los laberínticos túneles escavados a alrededor del peñón durante el Gran Asedio español a finales del siglo XVIII o durante la Segunda Guerra Mundial.

Desde lo alto del peñón, y rodeados de monos, pudimos disfrutar de unas buenas vistas de la bahía de Algeciras, la Línea de la Concepción y el norte de África. Es sorprendente como resalta esa mole de piedra en la costa.



Otra cosa que me sorprendió fue lo muy británico que es este pequeño territorio. Incluso los rasgos de sus habitantes, los Llanitos, son claramente anglosajones, así como los niños saliendo de los colegios vistiendo uniformes, los guardias de tráfico, autobuses, pubs,…y lo más gracioso es que después de conversar con ellos, que por supuesto tienen un perfecto inglés, si se ponen a hablar en Español, o Llanito, tienen un acento gaditano bastante gracioso. Para i es más fácil entenderlos cuando hablan en ingles.

Tras la visita a la colonia seguimos costeando hasta llegar a la preciosa playa de Bolonia en el extremo sur de la península. Pudimos incluso visitar las ruinas de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia frente a la gran duna que se ha formado por los fortísimos vientos de levante. Por lo visto durante los siglos I y II unos 2000 romanos vivían aquí, trabajando en el puerto que conectaba el continente europeo con Tánger o simplemente pescando y comerciando el salazón. Desde luego la situación es inmejorable.



Aquí intentamos echarnos una merecida siesta pero el viento de levante no nos dejo ni poner la toalla, por lo que me tuve que conformar con un paseíto por la playa que estaba casi desierta en esta época del año.



Y para concluir el día que mejor forma que disfrutar de un mojito delicioso en la terraza sobre la playa del Arte Vida de Tarifa, y una pizza espectacular (y baratísima) en el restaurante que me enseñaron los amigos hace ya muchos años en el barrio de los quillos.

Ya he ido infinidad de veces, y la verdad es que el pueblo como tal es bastante feo, salvo el casco histórico que tiene algo de encanto.



La pena es que la alegría nocturna que había en el pueblo hace unos cuantos años ha desaparecido. Qué tiempos aquellos en los que te podías tomar un cubata por 200 o 300 pelas hasta las tantas de la mañana. La gran mayoría de los bares ha tenido que cerrar y el tipo de turismo ha cambiado. Personalmente creo que antes era más auténtico porque solo venían verdaderos amantes del windsurf (y yo camuflado entre ellos). Ahora se ve mucho mascachapas en busca de la camiseta molona y prieta con dibujos de huesos y calaveras haciendo kite surf en cualquiera de las infinitas tiendas que se han multiplicado como las ratas a lo largo de la calle principal (si Sancho IV el Bravo levantara cabeza....).



Para concluir, otra de las cosas que más me gustan de las vacaciones son mis “comidas tradicionales”. No me considero ni de lejos un buen gourmet, y de hecho tengo bastante claro que si tuviese que elegir algo para comer durante las vacaciones me quedaría con unas olivas, unas patatillas, chorizo (si puede ser picante y de León, mejor que mejor) y sobre todo una lata de Coca-Cola bien fría. Podría alimentarme de esto toda la vida y no dejar de disfrutarlo.



Y si a esto le acompañamos con unos espetos de sardinas creo que incluso me podría poner a llorar.


Salud!

Koke