jueves, 1 de octubre de 2009

Vacaciones en Septiembre

Siempre he pensado que el mejor mes del año para coger vacaciones de verano es el mes de Septiembre. Incluso mejor que el de Junio, que a pesar de tener los días más largos, después la espera hasta las siguientes vacaciones se hace bastante cansina. En septiembre no hace un calor que asfixiante aunque se puede ir a la playa perfectamente, y lo mejor sin duda es que ningún sitio está abarrotado de gente que es lo que peor llevo cuando me toca ir a estos mismos sitios en Agosto.

La suerte de vivir en Barcelona es que en Septiembre siempre tengo un par de puentes (la Diada y la Merce) de lo más apetecibles. Uno de los dos procuro utilizarlo para darme un homenaje por las playas del sur de España.



Este año hemos vuelto a Málaga y Cádiz para disfrutar de 4 estupendos días. Incluso he podido liquidar una cuenta pendiente y hemos pasado a visitar el Peñón de Gibraltar (español?).



Tras esperar unos 45 minutos para atravesar la ridícula frontera y cruzar la pista de aterrizaje pude subir conduciendo a la Roca no sin antes pagar unos religiosos 20€ (o 18£). Una vez arriba pude visitar las cuevas de San Miguel que son bastante espectaculares, y pasear por los laberínticos túneles escavados a alrededor del peñón durante el Gran Asedio español a finales del siglo XVIII o durante la Segunda Guerra Mundial.

Desde lo alto del peñón, y rodeados de monos, pudimos disfrutar de unas buenas vistas de la bahía de Algeciras, la Línea de la Concepción y el norte de África. Es sorprendente como resalta esa mole de piedra en la costa.



Otra cosa que me sorprendió fue lo muy británico que es este pequeño territorio. Incluso los rasgos de sus habitantes, los Llanitos, son claramente anglosajones, así como los niños saliendo de los colegios vistiendo uniformes, los guardias de tráfico, autobuses, pubs,…y lo más gracioso es que después de conversar con ellos, que por supuesto tienen un perfecto inglés, si se ponen a hablar en Español, o Llanito, tienen un acento gaditano bastante gracioso. Para i es más fácil entenderlos cuando hablan en ingles.

Tras la visita a la colonia seguimos costeando hasta llegar a la preciosa playa de Bolonia en el extremo sur de la península. Pudimos incluso visitar las ruinas de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia frente a la gran duna que se ha formado por los fortísimos vientos de levante. Por lo visto durante los siglos I y II unos 2000 romanos vivían aquí, trabajando en el puerto que conectaba el continente europeo con Tánger o simplemente pescando y comerciando el salazón. Desde luego la situación es inmejorable.



Aquí intentamos echarnos una merecida siesta pero el viento de levante no nos dejo ni poner la toalla, por lo que me tuve que conformar con un paseíto por la playa que estaba casi desierta en esta época del año.



Y para concluir el día que mejor forma que disfrutar de un mojito delicioso en la terraza sobre la playa del Arte Vida de Tarifa, y una pizza espectacular (y baratísima) en el restaurante que me enseñaron los amigos hace ya muchos años en el barrio de los quillos.

Ya he ido infinidad de veces, y la verdad es que el pueblo como tal es bastante feo, salvo el casco histórico que tiene algo de encanto.



La pena es que la alegría nocturna que había en el pueblo hace unos cuantos años ha desaparecido. Qué tiempos aquellos en los que te podías tomar un cubata por 200 o 300 pelas hasta las tantas de la mañana. La gran mayoría de los bares ha tenido que cerrar y el tipo de turismo ha cambiado. Personalmente creo que antes era más auténtico porque solo venían verdaderos amantes del windsurf (y yo camuflado entre ellos). Ahora se ve mucho mascachapas en busca de la camiseta molona y prieta con dibujos de huesos y calaveras haciendo kite surf en cualquiera de las infinitas tiendas que se han multiplicado como las ratas a lo largo de la calle principal (si Sancho IV el Bravo levantara cabeza....).



Para concluir, otra de las cosas que más me gustan de las vacaciones son mis “comidas tradicionales”. No me considero ni de lejos un buen gourmet, y de hecho tengo bastante claro que si tuviese que elegir algo para comer durante las vacaciones me quedaría con unas olivas, unas patatillas, chorizo (si puede ser picante y de León, mejor que mejor) y sobre todo una lata de Coca-Cola bien fría. Podría alimentarme de esto toda la vida y no dejar de disfrutarlo.



Y si a esto le acompañamos con unos espetos de sardinas creo que incluso me podría poner a llorar.


Salud!

Koke

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