9 de la mañana rumbo a Yosemite. Tardamos unas 4 horitas en llegar entre pitos y flautas, y el camino es bastante chulo. El entorno ha cambiado radicalmente, del verde frondoso al amarillo secarral, con unos toques de color gracias a los gigantescos embalses, y a las plantaciones de frutales en torno a los mismos. Entramos en territorio de los cowboys, y los caballos y ganaderías se multiplican por cien.
Grizzly Giant
Llegamos a comer a la entrada sur de Yosemite, y tras el bocata de rigor cogimos el autobús que nos llevó al Mariposa Grove, una “pequeña” reserva de secuoyas gigantes. Una vez más vimos inmensos arboles, por debajo de alguno de los cuales puede circular incluso un coche. Está muy bien, especialmente si nunca has visto estos árboles pero viniendo de donde venimos no nos sorprendio tanto. Se puede visitar a pata como hicimos nosotros, con una caminata de unas tres horas (2h cuesta arriba) o bien coger un autobús descapotable por el módico precio de $26/barba. Un robo.
Otro arbol
De aquí nos fuimos al que para mi es uno de los mejores sitios de Yosemite: el Glacier Point desde donde la vista del Capitan, el Half Dome, las grandes cascadas (de mas de 120m de caída), los neveros de las cumbres de la cordillera de Sierra Nevada, etc. son para quitar el aliento. Las fotos desde aquí son para imprimirlas en A1, enmarcarlas y pegarlas sobre la chimenea junto a la estatuilla de Lladró.
Cortando la pana
Impresionantes cascadas
Y luego, otro paseo apurando el depósito de gasolina hasta Mariposa (casi no llegamos), el pueblo donde pasamos la noche. Mañana exploraremos el resto del valle y atravesaremos la cordillera de Sierra Nevada de Oeste a Este.
El Capitan
A la mañana siguiente, volvemos otra vez hacía atrás a Yosemite. Aquí atravesamos la carretera que atraviesa el valle por abajo, parando a hacer fotos a las cascadas y al Capitan desde cerca, que impresiona aún más. También nos da tiempo de hacer una caminata de un par de horas hasta el Mirror Lake, un lago con las aguas tan calmadas que las montañas se reflejan como en un espejo.
Mirror Lake
Y de aquí rumbo a nuestra siguiente parada, Bishop, un pueblo de carretera entre el Death Valley y Yosemite. La carrtetera desde Yosemite hasta aquí es lo que llaman aquí “Scenic Route”, es decir, que es un verdadero placer conducir a lo largo de la misma.
De camino a Bishop cambia el paisaje
Por el camino nos paramos a ver el Lago Mono con sus extrañas formaciones rocosas, y seguimos por la autopista dejando siempre a la derecha Sierra Nevada, con montañas que sobrepasan los cuatro mil metros, la gran mayoría de ellas con nieves perpetuas. Y a la izquierda ya se aprecia lo que nos espera los próximos días. Terreno seco, arido, arcilloso y pelado. Pero bonito a pesar de todo.
Mirror Lake
Por primera vez llegamos al hotel antes de las 10 de la noche por lo que me permito incluso darme un chapuzon bien merecido en la piscina. Mañana hacia las Vegas atravesando el Valle de la Muerte. Que yuyu.
K
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