Tortitas como soles
Después nos fuimos por la calle Haigh de compritas. El barrio en cuestión es famoso por haber sido el centro neurálgico de los hippies durante mediados de los 60 y 70, donde vivieron algunas de las bandas psicodélicas de la época como Grateful Dead, Janis Joplin y Jefferson Airplane. Paz y amor brotha´.
Actualmente es una calle de tiendas de ropa de segunda mano y ropa barata, pero lo que más e gusta a mi de aquí es la famosísima tienda de discos Amoeba Records. De las mejores tiendas y más autenticas que existen. La música es una de mis pasiones y aquí puedo encontrar de todo, a precios razonables, y la selección de discs de segunda mano es simplemente infinita. Además organizan conciertos dentro de la misma tienda y tienen su propio sello discográfico aunque yo no conocía a ni una sola de las bandas locales a las que patrocinan.
Amoeba Records
Más tarde nos fuimos a pasear por el parque Golden State Park, y a echarnos una siesta en la pradera rodeados de fumetas (I shot the sheriff!) y un monton de hippies tocando los bongos. El parque es muy bonito, y es más largo que un día sin pan. Para verlo en detalle es recomendable alquilar una bici, coas que no hicimos por lo que no pudimos ver todo lo que nos hubiese gustado.
Golden Gate Bridge
Después nos volvimos al hostal a descansar un poquito, para luego salir a tomar unas cervezas con unos amigos en un garito con una bonita azotea por el barrio de Mision. Unas pocas cervezas y a dormir.
Buzones en Sausalito
Nuestro último día completo en SF empezó otra vez tempranito para alquilar una bicicleta y atravesar el Golden Gate Bridge antes de que los turistas lo llenen todo. El paseo en bicicleta hasta el pueblo de Sausalito al otro lado de la Bahia es de lo mejorcito que se puede hacer en esta ciudad. Muy recomendable.
Golden Gate Bridge
A medida que te acercas al puente se va apreciando su grandeza. Además tuvimos suerte porque fue el primer día que podemos verlo completo, sin la famosa niebla que se “engancha” en la bahía y que no deja disfrutar de las vistas. En una hora y media nos plantamos en Sausalito donde fuimos a comer a un restaurante que se llama Fish, al final del pueblo, y junto al puerto pesquero. Buena recomendación.
Painted Ladies
Y para volver, decidimos coger el ferri desde Sausalito hasta el Pier 41 en el Fisermen’s Wharf. Otra buenísima elección. Las piernas no estaban para muchos trotes y la vuelta en barco nos permitio descansar un poco y poder contemplar las mejores vistas de la Bahía de San Francisco con todo su esplendor. En definitiva, una excursión muy muy recomendable.
Y como todavía teníamos tiempo por la tarde, fuimos de nuevo a ver las casas Painted Ladies, pero esta vez con sol y con increíbles vistas de la ciudad, y el barrio gay de Castro, que está muy mejorado desde la última visita, y como es habitual por los la comunidad gay, muy animado, con restaurantes y tiendas muy chulas.
Una vez de vuelta al hostal, cenamos aquí con un nuevo amigo de San Sebastian que estaba viajando solo por la Costa Oeste, mientras escuchábamos uno de los conciertos semanales que organizan en la enorme sala común y compartíamos una cervecita.
Y prontito a dormir que mañana va a ser durillo. Tenemos muchas cosas planeadas para mañana y tengo dudas de que podamos hacerlo todo. Pero se intentará. La 101 nos espera otra vez.
K
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